Monday, January 12, 2015

El Paulino, tradición de la buena mesa sureña en Paillaco

Por Prensa

Al entrar en el “Paulino”, se percibe en el aire ese ambiente casero, familiar, y con el aroma de diferentes platos que se están preparando de una manera exquisita. El equipo de la Voz de Paillaco visitó este  local y  quiso adentrarse  en la historia que rodea al Paulino, ubicado en calle 18 de octubre Nº 985. […]

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portada

Al entrar en el “Paulino”, se percibe en el aire ese ambiente casero, familiar, y con el aroma de diferentes platos que se están preparando de una manera exquisita.

El equipo de la Voz de Paillaco visitó este  local y  quiso adentrarse  en la historia que rodea al Paulino, ubicado en calle 18 de octubre Nº 985.

Llegamos hasta la caja, donde se encuentra su propietario Pablo Kiessling, Pato para los amigos,  como nos dice él, y comenzamos este viaje por el tiempo.

¿Por qué el nombre Paulino?

“Esto no es de mucha ciencia, simplemente salió  un día que estábamos en familia buscando nombre para el local, y como me llamo Pablo dijeron…Paulino, quedando bautizado así”.

¿Desde cuándo está funcionando el local?

“Desde 1992, llevamos casi 23 años en este mismo local atendiendo  a nuestra gente campesina, obreros, vendedores, empresarios, entregando buena atención a todos por igual sin hacer distinciones”.

¿Cuál es la especialidad de la casa?

“La idea que tenemos es entregar comida casera, por eso nuestra especialidad son, las guatitas, cazuelas, mariscal, vacuno, cerdo y pescado frito, siendo los aliados platos muy pedidos por nuestra clientela”.

Aliados: Dos presas de pollo y una de cerdo  más papas cocidas.

¿No ha nacido la idea de emigrar más al centro de la ciudad?

“No, cuando nos instalamos estaba en frente el terminal de buses, esta calle era muy concurrida y habían muchos locales, incluso un supermercado, el publico era constante todo el día, con el pasar de los años se cerró el terminal y todos comenzaron a irse, pero nunca me ha nacido la idea de dejar este lugar, incluso han llegado personas a ofrecerme locales en pleno centro, no está en mi alejarme de este barrio”.

¿Cuál es la idea para el futuro?

“Yo soy de Santa Filomena, y siempre me ha gustado trabajar en mis propios negocios, en el restaurant somos cinco personas que damos vida al Paulino, dos cocineras, una camarera, un garzón, y yo en la caja, esta pega es muy matadora y tiene sus altos y bajos, pero siempre hemos salido adelante, en lo perseverante no me la gana nadie…Mi idea es que el nombre Paulino se mantenga en el tiempo, entregando un buen pasar a mi familia y seguir con la educación de mis tres hijos, con eso soy feliz” manifestó Pablo Kiessling, mientras sigue recibiendo y saludando de una manera cordial a su clientela.

 

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Para María Matamala, es un lugar muy familiar “he vivido toda mi vida en Argentina, y cada vez que vengo a visitar a mi familia pasamos a comer al Paulino, es una tradición para nosotros.

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Víctor Mardones, es un trabajador de obra que lleva muchos años almorzando en el Paulino “soy  cliente habitual, trabajo en estos sectores y siempre llego a disfrutar de los ricos y abundantes platos que sirven acá en compañía de amigos o colegas de trabajo…fue una señora que nos dio esta picada cuando vio que éramos  buenos pal`diente, y van de eso 16 años que seguimos visitando el Paulino.

 

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Pablo Kiessling
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