Saturday, April 13, 2019

Párvulos del jardín infantil “Campo de Colores” de Santa Rosa disfrutaron de experiencia pedagógica sensorial basada en la filosofía Reggio Emilia

Por Prensa

Reggio Emilia se caracteriza por ser  una propuesta educativa en la que las niñas y niños desarrollan su curiosidad y aprenden a través del juego, la exploración y experimentación. Inspirados en la pedagogía de Loris Malaguzzi, precursor de las escuelas infantiles de Reggio Emilia, la sala cuna y jardín infantil “Campo de Colores” de Santa Rosa, comuna de Paillaco, y el equipo […]

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Reggio Emilia se caracteriza por ser  una propuesta educativa en la que las niñas y niños desarrollan su curiosidad y aprenden a través del juego, la exploración y experimentación.

Inspirados en la pedagogía de Loris Malaguzzi, precursor de las escuelas infantiles de Reggio Emilia, la sala cuna y jardín infantil “Campo de Colores” de Santa Rosa, comuna de Paillaco, y el equipo regional del Programa Centros Culturales de Infancia, CECI, de la JUNJI Los Ríos, desde principios de este año han venido potenciando la vinculación pedagógica. Esto como una manera de implementar nuevas estrategias educativas en el aula.

Así surge “El atelier como espacio de asombro y expresión”, estrategia pedagógica creada por Loris Malaguzzi, que nace a partir de la necesidad de entregar a los niños y niñas un espacio de encuentro, lúdico y divergente al interior del jardín infantil, en el cual todas las experimentaciones y creaciones están presentes.

Según lo señalado por la directora de la sala cuna y jardín infantil “Campo de Colores”, Romina Soto, “la experiencia tuvo como finalidad generar en los párvulos y equipo educativo las sensaciones de extrañeza, asombro y lo insólito, dando espacio y tiempo a las expresiones de los niños y niñas,  observando las emociones articuladas vividas durante el atelier o taller”.

La actividad, estuvo a cargo del atelierista, profesional con énfasis en artes visuales y expresivas, del Programa CECI, Marcelo Farías,  quien realizó una provocación sensorial (visual, sonora y táctil) a los niños y niñas del establecimiento, con la intención de entregar un ambiente estético con materiales para jugar de manera abierta y con múltiples posibilidades de combinación. 

Para Farías “en estas experiencias se respetan los tiempos y vivencias de los niños y niñas, el rol del adulto es estar presente-ausente, sin entorpecer la conexión con lo que está sucediendo en las propuestas del momento. A través de los elementos provocadores tales como videos proyectados que generen movimiento libre y asombro”.

El profesional, agregó que para la ocasión también se dispuso de almidón de maíz, material  que permitió a las niñas y niños utilizar todos sus sentidos.