Thursday, August 6, 2015

Margot Loyola: El legado de una Estudiosa que se hizo Cultora del Canto Criollo.

Por Prensa

Por Victor Belmar Tal vez es tiempo que los medios de comunicación se dediquen a difundir su obra y todo esto no se quede de condolencias vacías y de buena crianza. Nuestro país que se caracteriza por su baja convivencia con sus valores identitarios, necesita de la presencia de ciertos apostolados que se levanten por […]


Por Victor Belmar
Tal vez es tiempo que los medios de comunicación se dediquen a difundir su obra y todo esto no se quede de condolencias vacías y de buena crianza.
Nuestro país que se caracteriza por su baja convivencia con sus valores identitarios, necesita de la presencia de ciertos apostolados que se levanten por la defensa de la chilenidad. Fuimos muy bien descritos por el Verso de Chito Faró, que declara: “…y verás cómo quieren en Chile al amigo cuando es forastero”; pues efectivamente somos muy buenos para recibir al forastero y, si se me permite, a lo forastero o foráneo en general. Un claro ejemplo es como la Música de la Nueva Ola, vendía más e incluso entusiasmaba más a la juventud que el Neo-folclore o posteriormente la Nueva canción Chilena, al punto que algunos artistas debían ponerse nombres gringos para alcanzar el éxito. Otro ejemplo más reciente es el Programa de talentos TheVoice, donde pareciera que la única forma de lograr la gloria es cantar en inglés.
En esa realidad de falta de amor por lo propio, una autoestima cultural por el suelo, un avergonzarnos de nuestra idiosincrasia y la cotidianidad de ser chileno, es que se hacen imprescindibles estos verdaderos apostolados por la cultura criolla, como es el caso de:OsmánPérez Freire, Clara Solovera, Silvia Infanta, Gabriela Pizarro, Carmen Barros, Rolando Alarcón, Nicanor Molinare, Francisco Flores del Campo, Luis Aguirre Pinto, Luis Advis, Patricio Manns, Violeta Parra (y en verdad toda la Familia Parra), Víctor Jara, Tito Fernandez, Quelentaro y sin duda, en un trono especial, doña MARGOT LOYOLA, la amiga de Gabriela, la comadre de Violeta, la maestra del Millaray y el Cuncumén, del Bafona, del Bafouachy de tantas agrupaciones de proyección folclórica, que se sirvieron de sus investigaciones, sus publicaciones y su asistencia personal directa.
Tuve el privilegio de participar en la audiencia de una de sus charlas magistrales en la Universidad Austral de Chile allá a finales de los 80 y allí pude ver como muchas cultoras campesinas – como mi madre- eran honradas en una voz reverente y auténtica de respeto y cariño por lo nuestro. Doña Margot sabía trasportar la cocina a fogón, hasta el aula de la academia, podía llevar la era de la trilla, hasta los salones y trasladar sin dificultad la vida del campesino, hasta las más altas esferas sociales y culturales de Chile y del Mundo.
Maravilloso como la hija de un comerciante y bombero don Recaredo Loyola y de Ana María Palacios, que estudia piano y canto en el Conservatorio Nacional de Música de Chile, se dedica posteriormente a dignificar la música criolla, sin escuela ni oportunidades de gloria.
Una trayectoria altamente prolífica de doña Margot, se inicia cuando junto con su hermana Estela, formó el duoLas Hermanas Loyola, conocido en los años 40. Luego inicia en la Universidad de Chile los ballets folclóricos Loncurahue y Pucará y el grupo Millaray junto a Gabriela Pizarro y Héctor Pavez.Posteriormente, de allí también surgieron el Ballet Folclórico Nacional Aucaman (1965), antecesor del Bafona y el conjunto folclórico Cuncumén.
Investigadora de la Resfalosaen 1952 y la marinera Peruana y ciertamente de la Cueca Chilena. En esos años además comenzó sus estudios sobre las danzas ceremoniales del norte chileno, con Rogelia Pérez, fundadora del baile Las Cuyacas, entre tanto trabajos de investigación en nuestros países vecinos. En general Margot, investigó sobre el folclore de las más apartadas regiones de Chile. Recopiló y asimiló gran cantidad de material de nuestro folclore musical. En muchos casos contó con la asesoría especializada de musicólogos y especialistas en folclore. Margot creó una escuela en torno a los cantos y bailes tradicionales de Chile, convirtiéndose ciertamente en una embajadora de la cultura chilena a través del mundo.
Bien merecido que su país le haya retribuido entre otros tantos galardones con el Premio Nacional de Artes Musicales en 1994. Hoy tras su muerte, ocurrida el reciente 3 de agosto de 2015, con mucha justicia el gobierno de Chile decretó dos días de duelo oficial.
Siempre pienso que al final de la vida de sobran las alabanzas para el que parte, pero qué bueno que esta artista y aguerrida defensora de la chilenidad, tuvo galardones y reconocimientos en vida consecuentes con su notable trayectoria. Tal vez es tiempo que los medios de comunicación se dediquen a difundir su obra y todo esto no se quede de condolencias vacías y de buena crianza.