Por Prensa
Por: VANESSA MALDONADO DELGADO
A fines del año 2013, el Senado aprobó el proyecto de ley que busca reformar el actual sistema binominal, de acuerdo a esta propuesta elimina el guarismo 120 aumentando el número de diputados a 134 y los senadores a 44; para muchos esta iniciativa es vista como el pie para modificar el cuestionable sistema de nuestro país.
No cabe duda que este sistema es muy desigual en cuanto a la asignación de escaños en ambas cámaras, mostrando una sobrerrepresentación de los partidos políticos, en particular de aquellos que están aglomerados en las principales coaliciones de la política, dejando fuera a las minorías políticas, que a pesar de sacar una votación que les permite alcanzar un escaño no logran llegar a formar parte del parlamento por el doblaje que el binominal permite, la desigualdad en la representación de la opción ciudadana es una de las razones por las cuales se busca modificar este sistema, sin embargo las diversas propuestas que se han formulado nunca llegan a un acuerdo y quedan solo en el papel.
¿Pero esta ley será capaz de efectuar cambios reales al sistema electoral? Por el momento no se vislumbra cambio alguno, puesto que se seguirá utilizando las mismas reglas del juego, lo único que hace es aumentar el número de parlamentarios, pero no asegura una representación homogénea de los partidos existentes, por el contrario esta ley incrementa los escaños en las regiones más pobladas, manteniendo así una subrepresentación de las zonas con menor densidad, para aclarar mejor, esta reforma solo incrementará el centralismo en el país.
