Wednesday, February 18, 2015

Afortunado compró un juego de azar con su finiquito y se ganó sueldo de $ 2 millones mensuales por cinco años

Por Prensa

El 5 de enero, el vallenarino Juan Francisco Zamora (44) fue despedido de una empresa contratista de Chuquicamata, pero nunca perdió las esperanzas de ser tocado por la suerte, así que al igual que hacía en meses anteriores, decidió comprar un «Imán» de Lotería, esta vez, con los pocos pesos que le quedaban del finiquito. Y […]

<p>Enjoyed this article?Subscribe and Follow me on Twitter.</p>
afortunado

El 5 de enero, el vallenarino Juan Francisco Zamora (44) fue despedido de una empresa contratista de Chuquicamata, pero nunca perdió las esperanzas de ser tocado por la suerte, así que al igual que hacía en meses anteriores, decidió comprar un «Imán» de Lotería, esta vez, con los pocos pesos que le quedaban del finiquito.

Y esta vez le tocó, porque pasó de ser un cesante a ganarse un sueldo de $ 2 millones por cinco años, el llamado «Sueldazo», del juego de azar.

Cuando fue a revisar sus cartones a una agencia, pasó varias cartillas sin premio, hasta que el encargado le dijo: “Se ganó el manso premio”. «Quedé loco y no hallaba qué hacer”, dijo el padre de tres hijos de 19, 14 y 4 años. Lo que es claro, es que ayudará a su hijo mayor a seguir estudiando ingeniería en Informática.

Con su cesantía «estaba súper achacado, porque ya sé lo que es estar sin trabajo y sin plata para parar la olla y preocuparme de la educación de mis hijos. Una vez pasé ocho meses cesante y fue terrible. Para salvarme hice pololitos de desabolladura, que es otra de las cosas que sé hacer”, relató el hombre que gresó como técnico eléctrico del Liceo Industrial B-8, pasó por el Servicio Militar, trabajó en Celulosa Arauco en Licantén e incluso en unas termoeléctricas hasta que regresó a su región, donde siguió trabajando a contrata y con desgastantes turnos, según contó.

¿Qué piensa hacer con el dinero?: “Lo primero va a ser arreglar nuestra casa, que está toda apolillada, y dejarla como chiche. Después me voy a comprar un auto, porque no tengo, y creo que voy a invertir en poner mi propia empresa de electricidad para ser mi propio jefe, porque así nadie me va a poder despedir de nuevo”.

Fuente: Soy Copiapó